La mejor manera de escribir literatura no es escribiendo.

La mejor literatura que escribas es la que no compartes con el mundo; es la que escribes en tu cabeza.

Sí, hay un cuento que lo explica mejor que yo, se llama las nubes del Kilimanjaro. Buscadlo.

Y sin embargo, aunque lo mejor que tengo es solo una sensación intraspasable a lo escrito (y puede que no sea solo yo), seguimos intentándolo. Pues quién sabe porqué, aunque nos juremos que desde mañana no vuelves a escribir, tu cabeza ya funciona de esa manera. Ves alguno anuncio que dice: kingsport. O cualquier cosa, lo que sea, y detona algo ahí dentro y se comienzan las imágenes, las frases y un impulso por contarte una historia.

¿No lo sienten así?

Espero no ser el único, no creo ser el único.

Ahora mientras escribo esta entrada, me pongo a pensar el propósito de ella. Creo que es solo eso, saben, que la mejor literatura que escribas, es aquella que nace justamente en el momento que no tienes planeado escribir, ni tienes papel a la mano para anotar. Qué hacer entonces.

Intentar recrear el momento, frente a la computadora, o frente al cuaderno. Lo que prefieras.

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